viernes, 3 de mayo de 2013

Seis años sin el rompehielo Almirante Irízar

Seis años sin el rompehielos Almirante Irízar

El buque se incendió en abril de 2007, tras realizar su campaña antártica

El miércoles 10 de abril se cumplieron 6 años sin el rompehielos Almirante Irízar averiado por un incendio a bordo del buque antártico. Desde esa fecha en adelante la asistencia de las bases y la investigación científica se realizan con barcos que contrata el Estado a otros países. Sin embargo existe fuerte expectativa para que la nave vuelva esta temporada a navegar los mares australes después de ser modernizada y elevada a un buque de clase superior.

El martes 10 de abril de 2007, y luego de haber dejado el Puerto de Ushuaia rumbo a Buenos Aires para concluir la campaña antártica, el rompehielos argentino Almirante Irízar, buque insignia de las operaciones navales y científicas en el extremo sur de nuestro País, sufría un grave incendio en alta mar, a unos 260 kilómetros de Puerto Madryn.

Y aunque el navío logró salvarse, gran parte de su estructura quedó seriamente afectada. Perdiendo además sus dos valiosos helicópteros Sea King, valuados en 18 millones de dólares cada uno. A las 10 de la noche de ese martes se detectó el fuego en la sala de generadores. Una hora y media después, al comprobar que con los medios propios de la dotación del buque no se lo podría apagar ni dispersar el humo tóxico; el comandante, capitán de fragata Guillermo Tarapow, ordenaba la evacuación de todas las personas que viajaban en el buque. Siete horas después eran rescatados los últimos de los 238 náufragos, quedando a bordo el comandante, a la espera de ayuda y en un último intento por salvar la nave de un eventual hundimiento.


Por la magnitud de los daños, se debió llevar adelante una prolongada evaluación, tanto para saber si era posible su recuperación como el tiempo que ello demandaría. Comprobada la factibilidad de reparación, el gobierno nacional decidió hacer el upgrade de la nave en la Argentina, elevando su categoría y modernizándola por completo en el país. La obra de recuperación y modernización del Irízar no tiene precedentes en la historia de la industria naval argentina. Sólo el proceso de desguace implicó la remoción de 800 toneladas de chapa (contra las 600 previstas originalmente) y se terminaron de retirar los grandes pesos (motores propulsores y motores diesel, otras 500 toneladas).

El resultado de seis años de trabajo está llevando a obtener un buque de una clase superior, calificado por la clasificadora internacional Det Norske Veritas de Noruega. En su proceso de refuncionalización poseerá un importante volumen para almacenar gasoil antártico, la bodega será la misma que antes del siniestro aunque se aumentarán 10 veces los espacios destinados a laboratorios para ciencia. El Irízar quedará totalmente modernizado: el puente de navegación dispondrá de instrumentos nuevos, comunicaciones externas e internas nuevas y se modificará totalmente el sistema de propulsión con la incorporación de nuevas máquinas. Si los tiempos de los trabajos internos que se le practican mantienen su ritmo, para fin de año el país podría estar recuperando un buque esencial para la ejecución de las misiones a los hielos continentales y el mantenimiento de las 13 bases antárticas argentinas.

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